domingo, 15 de noviembre de 2009

El gobierno ya tiene los informes de impuestos de Susana,Tinelli y Mirtha.

En el mismo cajón donde guarda bajo siete llaves los resultados de la inspección multitudinaria que lanzó dos meses atrás sobre el diario Clarín, Cristina Kirchner atesora tres detallados informes impositivos sobre los enemigos públicos de la hora: Marcelo Tinelli, Susana Giménez y Mirtha Legrand.
Según revelaron a Crítica de la Argentina fuentes de la Casa Rosada, el Gobierno puso la lupa en el patrimonio de las estrellas televisivas para contrarrestar ante la opinión pública su catarata de críticas por la inseguridad. Los informes detallan presuntas maniobras de evasión tributaria atribuidos a varias de las empresas que maneja Tinelli. También advierten sobre gastos en artículos de lujo que habrían deducido de sus impuestos la diva de los teléfonos y la anfitriona de los almuerzos por TV.
El gobierno decidió no enviarles por el momento los inspectores de la AFIP para evitar una escalada mediática mayor, pero podría hacerlo en las próximas semanas.
La carpeta más frondosa es la de Tinelli, el más diversificado en sus negocios entre las estrellas movilizadas por la inseguridad. El informe incluye los movimientos de Ideas del Sur –la productora de TV que creó– pero también su actividad como representante de deportistas, productor de espectáculos, conductor y empresario de la música.
Según las fuentes oficiales Tinelli emplea a trabajadores en negro y escondería parte de su patrimonio a la AFIP al subdeclarar el dinero colocado en cada una de sus compañías controladas.
Los datos que recabó el kirchnerismo sobre Tinelli se complementan también con los de su socio y mano derecha, Fabián Scoltore, y los de su ex mujer, quien figura ante el fisco como María Paula Dolly Robles.
“Lo más sugerente es que ninguna de sus empresas haya declarado ganancias significativas desde mediados de los 90”, dijeron las fuentes.
A Susana, la evasión que le achacan tiene que ver con sus gastos personales en bienes y servicios de lujo, que habría deducido del impuesto a las Ganancias y habría declarado como necesarios para su actividad como conductora. Idéntico a lo que debió explicar este año ante la Justicia la supermodelo Valeria Mazza y a lo que sospechan en el Gobierno que también hizo la “Chiqui” Legrand, dueña del rating de los mediodías con sus almuerzos de famosos en el canal América.

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