“Hay que sumar en lugar de restar”, pidió Romanín

El obispo de Río Gallegos, monseñor Juan Carlos Romanín, reiteró que “todos debemos ser corresponsables de la construcción del bien común. Por ello, hay que sumar en lugar de restar. En este Bicentenario soñamos con una verdadera reconciliación y unidad de todos los argentinos”.
Al presidir el Te Deum en la catedral Nuestra Señor de Luján, frente a autoridades provinciales y municipales, estimó que “el comienzo de estas celebraciones nos encuentra con la mirada puesta hacia el 2016”, a los que consideró “años que reclaman la reunión de todos los que habitamos esta Nación para hacerla la Patria de todos”.
En este sentido, el prelado santacruceño enumeró algunos desafíos a trabajar en el próximo sexenio: “Un desafío es la construcción de la identidad nacional: una identidad que amalgame el aporte cultural y social de todos los que habitamos Santa Cruz y Tierra del Fuego. Una identidad que integre lo diverso y que genere mayor apertura e interacción.
“El desafío del cuidado real de la tierra y de los recursos naturales que ofrece nuestro territorio: la justa distribución de las riquezas, el acceso a la tierra y a la vivienda de tantos hermanos en nuestro suelo patagónico.
“El desafío en lo educativo y cultural. La educación nos hace libres, la cultura nos hace hermanos. Profundizar en los próximos seis años estos aspectos para celebrar la independencia del dominio de unos hacia otros.
“El desafío de recuperar la cultura del trabajo, cuyos valores: responsabilidad, esfuerzo, respeto, creatividad, compañerismo, conforman la vida personal y familiar, y trascienden como constructores de la convivencia social”.
Monseñor Romanín reiteró que “Dios Padre Bueno, nos llama y nos invita a vivir la vida en plenitud, a desplegarla y comprometerla, para que, quienes la malviven o la padecen, puedan tenerla en abundancia”, e invitó a todos a “unirse en la oración para invocar a Jesús, Señor de la Historia, a pedirle por nuestra querida Patria argentina: ‘Salva a tu pueblo y bendice a tu herencia; apaciéntalos y sé su guía para siempre’”.


En una carta pastoral Monseñor Juan Carlos Romanín, ratificó el compromiso de la Iglesia con "la opción preferencial por los pobres", surgida en América latina, que definió como "un continente mayoritariamente pobre y cristiano".