Luego de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se mandara una nueva gaffe, esta vez respecto a que "si fuera una genia haría desaparecer a algunos como hacen los genios", se desató una interminable andanada de críticas que se reflejaron en los principales medios de comunicación. La última vez que se generó una polémica similar fue en agosto de 2009, cuando relacionó el fútbol con los desaparecidos.
Por Christian Sanz
Luego de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se mandara una nueva gaffe, esta vez respecto a que “si fuera una genia haría desaparecer a algunos como hacen los genios”, se desató una interminable andanada de críticas que se reflejaron en los principales medios de comunicación.
Lo ocurrido se suma a otro comentario similar pronunciado por la primera mandataria en agosto de 2009, en el marco de la firma del convenio entre el Gobierno y la AFA para la transmisión de partidos de fútbol por la televisión pública. En aquella oportunidad, Cristina dijo otra frase desafortunada: "Yo no quiero una sociedad de secuestros ni de personas, ni de imágenes ni de goles".
La contradicción del discurso público en contra de la dictadura militar y los reiterados lapsus oficiales, obligan a hacer un puntual análisis acerca del comportamiento del matrimonio oficial en los años 70, especialmente porque existe una suerte de fantasía retroalimentada acerca de la “historia revolucionaria” del matrimonio Kirchner en los años 70 que nadie se atreve a cuestionar.
Es una narración que el matrimonio presidencial utiliza en su propio provecho a la hora de victimizarse políticamente y que les endilga un pasado "comprometido" con la lucha revolucionaria dentro de la Juventud Peronista. Nada más lejos de la realidad.
A la hora de analizar el pasado oficial de los Kirchner, una de las fuentes más sólidas es un libro de periodista Daniel Gatti llamado “El amo del feudo”, obra que jamás fue desmentida por el ex primer mandatario santacruceño y que fue publicada en el año 2003, justo cuando Néstor llegó al poder Ejecutivo Nacional.
En relación a su paso por la Juventud Peronista y la militancia "rebelde", asegura el autor que: "El tabicamiento de las estructuras conspira contra la tarea de encontrar referencias de continuidad en la militancia de Kirchner en las agrupaciones de superficie de Montoneros, salvo sus propias expresiones frente a un auditorio donde se encontraba Miguel Talento; allí habló de sí mismo como fundador de la JUP.
Al menos en La Plata, su ámbito de militancia, esto está descartado por un integrante de la Mesa de Agrupaciones, quien dio a conocer la unidad de la FURN con FAEV, en la nueva Juventud Universitaria Peronista: el propio Rafael Flores.
Tampoco alguno de los participantes de la trifulca a golpes de estas agrupaciones, el día de la liberación de los presos peronistas de la U9, recuerdan al flaco santacruceño. Los riogalleguences que fueron a La Plata luego del '73, rememoran que Lupín (apodo de Néstor Kirchner) se quedaba comiendo salchichas, cuando se sabía que en el comedor universitario habría algún acto. (...)
Al consultar a cuadro y militantes de base de la regional 7 de la JP, el nombre de Kirchner no es reconocido como integrante, sólo lo recuerdan ocasionando problemas. (...)
Al periodista Alfredo Leuco, hablando sobre el uso para fines políticos del avión sanitario de la provincia, le dijo: 'y esa ley, Alfredo, le puedo asegurar que yo la sufrí, yo fui preso en el gobierno de Isabel, por la 20.840, cuando derrocaron a Jorge Cepernic en Santa Cruz, en el '74 (...)'.
Ni las crónicas periodísticas, ni los trabajos de investigación de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, que tratan temas como la participación de la juventud en los años '70 y comentan la militancia juvenil peronista previa y posterior a la intervención al gobernador Jorge Cepernic, dan cuenta de la militancia o de la cárcel que se adjudica.
Siempre frente a periodistas que no conocen de sus defecciones, sostuvo que 'Cuando Reutemann corría correras, yo estaba preso'. Acerca de el Lole, hay pruebas de que corrió, con dispar suerte en la Fórmula Uno; pero de las cárceles de Kirchner, sólo las que crea su imaginación".
Es eficaz y hasta oportuno que la Presidenta y su marido denosten los años de plomo, esclareciendo hechos que nunca deben olvidarse para evitar que vuelvan a repetirse.
Lo que jamás debe hacerse, lo que es imperdonable, es que mientan respecto a su propia historia. La verdad indica que, mientras miles de personas desaparecían a manos de los militares, los Kirchner incrementaban su patrimonio gracias a las “ventajas” ofrecidas por la Circular 1.050, del oscuro José Alfredo Martínez de Hoz, denostado por ellos mismos.
Frente a lo mencionado, los reiterados lapsus de Cristina encuentran sentido de ser. Seguramente tienen que ver con el poco compromiso político que ha tenido en los años de la dictadura militar.