Periodista de profesión y legisladora por vocación, María Eugenia Estenssoro es palabra autorizada a la hora de analizar el proyecto de ley de Servicios Audiovisuales. Un tema donde su postura crítica es bien conocida y así lo expresó durante la nota que concedió a Parlamentario.
- ¿Admitir finalmente que el proyecto fuera a cuatro comisiones del Senado, lo ven como una concesión?
- No, creo que ponerlo en términos de concesión sería un error. Por suerte ha prevalecido la voluntad de ponernos de acuerdo, al menos en el proceso de análisis de esta ley. Que no se le impusiera al Senado desde afuera, porque en realidad era una orden que no pasaba por el consenso de los senadores del oficialismo, sino que venía de la Presidenta, que quería que fueran dos comisiones, o del diputado (Agustín) Rossi, que mandó a decir que solamente pasara por dos comisiones. Bueno, me parece que hay que mantener la independencia del Senado, y además la coherencia en un tema que si es tan importante, ¿cómo puede ser que se trate sólo en dos comisiones? Porque es un tema de múltiples aristas, donde hay cuestiones jurídicos, temas industriales, de derechos humanos, de libertad de expresión, culturales y educativos, realmente ameritaba un tratamiento más amplio. Por suerte el senador Pampuro accedió a nuestro pedido y creo que también vamos a tener un período de audiencias más organizado, con la posibilidad de que tratemos los temas por segmentos, por ejes temáticos, y no que estemos tratando toda la ley y que la gente venga a hablar y hacer su pronunciamiento de una forma muy desorganizada. En Diputados fueron cien personas que tenían cinco minutos para decir algo, y eso no ayuda a echar luz sobre un proyecto, sino que confunde más.
- ¿Han encontrado algunas fallas en el proyecto que recibieron de Diputados?
- Nosotros tenemos objeciones muy serias al proyecto, que son las mismas que planteó la Coalición Cívica en Diputados, que también plantearon muchos diputados que apoyaron en general, pero que hicieron serias críticas a estos artículos que son los más importantes. Por eso nosotros no lo pudimos votar en general. Si se cambia esto, vamos a tener una buena ley; si no se cambia, va a ser de lo mismo.
- ¿Cuáles son las principales objeciones?
- El corazón de una ley de Medios es el organismo que va a controlar a los medios. El organismo de Estado que va a dar las licencias, prorrogarlas, multar, dar las frecuencias… Ese organismo tiene que ser muy diferente a lo que hemos tenido en la Argentina; tiene que ser imparcial, autónomo, muy profesional, y que no tenga interferencias del poder político de turno, que puede decir: “A mi amigo de Electroingeniería le das una radio”, por ejemplo. Tiene que ser a través de concursos, de licitación pública abierta, donde los mejores, según cada uno de los segmentos, los que ofrezcan las mejores propuestas, puedan acceder a las licencias. Esto no está garantizado en el proyecto, porque en la Autoridad de Aplicación, de los siete miembros el oficialismo va a tener cinco o seis, y sabemos qué significa eso…
- Va a ser otro Consejo de la Magistratura…
- Usted lo ha dicho. Para el periodismo eso es muy serio, porque si queremos dar un salto cualitativo y de calidad y de cantidad de información que llega a los ciudadanos, este proceso tiene que ser lo más transparente posible y hoy esto no está garantizado.
- El otro punto es el de las licencias…
- Tengo conciencia de que es necesario que el sector de los medios de comunicación funcione con transparencia, sin monopolios creados al abrigo de la protección de los gobiernos. Si queremos cambiar eso, la Autoridad de Aplicación es importante. Pero me preguntaba por las licencias, ¿cómo se otorgan? Esto casi nadie lo sabe, pero el Poder Ejecutivo, no este “Consejo de la Magistratura de los medios”, directamente la Presidenta puede otorgar frecuencias de baja potencia y otras de más de 50 km por decreto. Eso dice la ley. Además que quienes hoy tienen licencias que no se ajusten a la ley, tienen que vender en un año… Vamos a tener cuatro canales de aire que van a salir a la venta en un año, se van a rematar. ¿Quiénes los van a comprar? Los que reciban créditos o ayuditas del Gobierno, así que si realmente queremos ir a un proceso de mayor transparencia, de más calidad informativa, evidentemente ese es un plazo inaceptable.
- Se decía también que no se pueden poner en venta antes de que rija ese plazo.
- También, hay una prohibición que dice que en este momento los canales no podrían vender, entonces evidentemente está todo hecho para que tengan un daño económico. Y además, es una política totalmente contradictoria, porque el mismo Gobierno que les extendió las licencias y que entonces los alentó a invertir, ahora les dice que en un año tienen que vender. Esta es una política predatoria que no tiene sentido.
- ¿Confía que en el Cuerpo se van a modificar esos dos artículos?
- Sí, porque además creo que dentro del oficialismo no tiene todos los votos. Además está el tema de los medios públicos, que también deben ser del Estado, de todos los argentinos y no el coto de caza del Gobierno que gana y entonces pone a periodistas que son solamente afines y el resto de las voces no se escuchan. Los canales públicos tienen que demostrar los mayores estándares de pluralismo ideológico, de calidad periodística y eso no pasa. También hay que modificar cómo están compuestos los directorios, sobre todo porque se les quiere dar una gran relevancia a los medios públicos, que me parece muy bien, pero yo quiero la BBC, no quiero Canal 7… Que ha mejorado la imagen de la pantalla, y hay programas culturales interesantes… Había, ahora hay fútbol… Otra cosa es la publicidad oficial: nosotros no podemos crear un sistema de medios que en su mayoría, tanto medios privados para los amigos, o medios comunitarios también para los amigos políticos, no se pueden mantener con la publicidad oficial. Ese es un escándalo, ha sido denunciado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el uso abusivo de la pauta de publicidad en la Argentina para disciplinar a la prensa, entonces tenemos que poner límites a la publicidad oficial que puede recibir un medio. Creemos que 35% de sus ingresos es algo razonable, pero no se puede estar diciendo que vamos a tener pluralidad de voces, si los medios tienen el 60 o 70% de publicidad oficial, como pasa hoy en las provincias, donde hay serios problemas de libertad de prensa. Tanto en los medios privados, como los semiprivados, todos viven de la pauta oficial.
- Algún conductor dice por ahí que en esta pelea están los oficialistas de un lado y los clarinistas del otro. ¿Cómo lo toma usted eso?
- Ese es el peor escenario, el que le gusta al Gobierno: elegir un enemigo y el que no está con el Gobierno es un vendepatria, golpista, simpatizante de la dictadura… y ahora de Clarín. Me parece que el debate es otro. Yo lo digo como periodista: si nosotros queremos un marco regulatorio que mejore la información que reciben los argentinos, ese es el debate que tenemos que dar. Si nosotros creemos que los medios públicos hoy realmente le ofrecen en cuanto a información política, económica, la que le sirve a la gente, por ejemplo cual es el nivel de pobreza, de desempleo, si uno cree que los medios públicos realmente le dan al ciudadano hoy la mejor información, creo que estamos muy equivocados. Y los medios privados también tienen mucho que mejorar, pero no es debilitando a los medios privados, y no estoy hablando sólo de Clarín. Acá los medios privados, las radios, los canales de televisión o de cable no van a poder tener cadenas nacionales, ¿qué hubiera pasado en Catamarca si no hubieran ido los medios nacionales a echar luz sobre lo que había pasado con María Soledad Morales, obligando por ejemplo a que Menem tuviera que soltarle la mano a su aliado político Saadi? Esas cosas, si uno tiene la prensa toda fragmentada y deja que sean cuestiones locales simplemente, los grandes abusos que hay en las provincias no saltarían, porque generalmente los gobernadores son dueños de los medios también. Y además ahora tendrían también una enorme cantidad de canales estatales. Acá tiene que haber un equilibrio, y la discusión no es “Clarín sí o Clarín no”. Además, los que permitieron que Clarín tuviera el tamaño y la influencia que hoy tiene, los que lo alimentaron, lo nutrieron en los 90 y en esta década, son los que ahora se espantan. Pero nosotros no tuvimos nada que ver, así que a nosotros no nos van a poner ese mote. El debate es otro, no es amigo-enemigo, sino qué clase de democracia queremos. Este proyecto no nombra ni una sola vez la palabra prensa o periodismo. ¿Cómo vas a discutir el tema de los medios de comunicación y no hablar de periodismo? Es como decidir una ley de Teatro sin los actores. Pero tenemos a los actores hablando de esta ley…
- ¿Qué le parece lo del 33% que iría por ejemplo a cooperativas?
- Me parece maravilloso… en tanto exista un cupo de no más del 35% para solventar los medios, tanto privados como comunitarios, porque sino dependen del intendente, del gobernador, del Presidente. Así Rudy Ulloa tenía un diarito vecinal al que Kirchner fue engordando hasta que se convirtió en uno de los diarios principales de Santa Cruz. Esa historia la conocemos, y creo que no es esa la calidad informativa que quieren los argentinos. (elparlamentario.com)
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Hace 14 años