miércoles, 30 de septiembre de 2009

Estenssoro:“este proyecto no nombra ni una sola vez la palabra prensa”

Periodista de profesión y legisladora por vocación, María Eugenia Estenssoro es palabra autorizada a la hora de analizar el proyecto de ley de Servicios Audiovisuales. Un tema donde su postura crítica es bien conocida y así lo expresó durante la nota que concedió a Parlamentario.

- ¿Admitir finalmente que el proyecto fuera a cuatro comisiones del Senado, lo ven como una concesión?

- No, creo que ponerlo en términos de concesión sería un error. Por suerte ha prevalecido la voluntad de ponernos de acuerdo, al menos en el proceso de análisis de esta ley. Que no se le impusiera al Senado desde afuera, porque en realidad era una orden que no pasaba por el consenso de los senadores del oficialismo, sino que venía de la Presidenta, que quería que fueran dos comisiones, o del diputado (Agustín) Rossi, que mandó a decir que solamente pasara por dos comisiones. Bueno, me parece que hay que mantener la independencia del Senado, y además la coherencia en un tema que si es tan importante, ¿cómo puede ser que se trate sólo en dos comisiones? Porque es un tema de múltiples aristas, donde hay cuestiones jurídicos, temas industriales, de derechos humanos, de libertad de expresión, culturales y educativos, realmente ameritaba un tratamiento más amplio. Por suerte el senador Pampuro accedió a nuestro pedido y creo que también vamos a tener un período de audiencias más organizado, con la posibilidad de que tratemos los temas por segmentos, por ejes temáticos, y no que estemos tratando toda la ley y que la gente venga a hablar y hacer su pronunciamiento de una forma muy desorganizada. En Diputados fueron cien personas que tenían cinco minutos para decir algo, y eso no ayuda a echar luz sobre un proyecto, sino que confunde más.

- ¿Han encontrado algunas fallas en el proyecto que recibieron de Diputados?

- Nosotros tenemos objeciones muy serias al proyecto, que son las mismas que planteó la Coalición Cívica en Diputados, que también plantearon muchos diputados que apoyaron en general, pero que hicieron serias críticas a estos artículos que son los más importantes. Por eso nosotros no lo pudimos votar en general. Si se cambia esto, vamos a tener una buena ley; si no se cambia, va a ser de lo mismo.

- ¿Cuáles son las principales objeciones?

- El corazón de una ley de Medios es el organismo que va a controlar a los medios. El organismo de Estado que va a dar las licencias, prorrogarlas, multar, dar las frecuencias… Ese organismo tiene que ser muy diferente a lo que hemos tenido en la Argentina; tiene que ser imparcial, autónomo, muy profesional, y que no tenga interferencias del poder político de turno, que puede decir: “A mi amigo de Electroingeniería le das una radio”, por ejemplo. Tiene que ser a través de concursos, de licitación pública abierta, donde los mejores, según cada uno de los segmentos, los que ofrezcan las mejores propuestas, puedan acceder a las licencias. Esto no está garantizado en el proyecto, porque en la Autoridad de Aplicación, de los siete miembros el oficialismo va a tener cinco o seis, y sabemos qué significa eso…

- Va a ser otro Consejo de la Magistratura…

- Usted lo ha dicho. Para el periodismo eso es muy serio, porque si queremos dar un salto cualitativo y de calidad y de cantidad de información que llega a los ciudadanos, este proceso tiene que ser lo más transparente posible y hoy esto no está garantizado.

- El otro punto es el de las licencias…

- Tengo conciencia de que es necesario que el sector de los medios de comunicación funcione con transparencia, sin monopolios creados al abrigo de la protección de los gobiernos. Si queremos cambiar eso, la Autoridad de Aplicación es importante. Pero me preguntaba por las licencias, ¿cómo se otorgan? Esto casi nadie lo sabe, pero el Poder Ejecutivo, no este “Consejo de la Magistratura de los medios”, directamente la Presidenta puede otorgar frecuencias de baja potencia y otras de más de 50 km por decreto. Eso dice la ley. Además que quienes hoy tienen licencias que no se ajusten a la ley, tienen que vender en un año… Vamos a tener cuatro canales de aire que van a salir a la venta en un año, se van a rematar. ¿Quiénes los van a comprar? Los que reciban créditos o ayuditas del Gobierno, así que si realmente queremos ir a un proceso de mayor transparencia, de más calidad informativa, evidentemente ese es un plazo inaceptable.

- Se decía también que no se pueden poner en venta antes de que rija ese plazo.

- También, hay una prohibición que dice que en este momento los canales no podrían vender, entonces evidentemente está todo hecho para que tengan un daño económico. Y además, es una política totalmente contradictoria, porque el mismo Gobierno que les extendió las licencias y que entonces los alentó a invertir, ahora les dice que en un año tienen que vender. Esta es una política predatoria que no tiene sentido.

- ¿Confía que en el Cuerpo se van a modificar esos dos artículos?

- Sí, porque además creo que dentro del oficialismo no tiene todos los votos. Además está el tema de los medios públicos, que también deben ser del Estado, de todos los argentinos y no el coto de caza del Gobierno que gana y entonces pone a periodistas que son solamente afines y el resto de las voces no se escuchan. Los canales públicos tienen que demostrar los mayores estándares de pluralismo ideológico, de calidad periodística y eso no pasa. También hay que modificar cómo están compuestos los directorios, sobre todo porque se les quiere dar una gran relevancia a los medios públicos, que me parece muy bien, pero yo quiero la BBC, no quiero Canal 7… Que ha mejorado la imagen de la pantalla, y hay programas culturales interesantes… Había, ahora hay fútbol… Otra cosa es la publicidad oficial: nosotros no podemos crear un sistema de medios que en su mayoría, tanto medios privados para los amigos, o medios comunitarios también para los amigos políticos, no se pueden mantener con la publicidad oficial. Ese es un escándalo, ha sido denunciado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el uso abusivo de la pauta de publicidad en la Argentina para disciplinar a la prensa, entonces tenemos que poner límites a la publicidad oficial que puede recibir un medio. Creemos que 35% de sus ingresos es algo razonable, pero no se puede estar diciendo que vamos a tener pluralidad de voces, si los medios tienen el 60 o 70% de publicidad oficial, como pasa hoy en las provincias, donde hay serios problemas de libertad de prensa. Tanto en los medios privados, como los semiprivados, todos viven de la pauta oficial.

- Algún conductor dice por ahí que en esta pelea están los oficialistas de un lado y los clarinistas del otro. ¿Cómo lo toma usted eso?

- Ese es el peor escenario, el que le gusta al Gobierno: elegir un enemigo y el que no está con el Gobierno es un vendepatria, golpista, simpatizante de la dictadura… y ahora de Clarín. Me parece que el debate es otro. Yo lo digo como periodista: si nosotros queremos un marco regulatorio que mejore la información que reciben los argentinos, ese es el debate que tenemos que dar. Si nosotros creemos que los medios públicos hoy realmente le ofrecen en cuanto a información política, económica, la que le sirve a la gente, por ejemplo cual es el nivel de pobreza, de desempleo, si uno cree que los medios públicos realmente le dan al ciudadano hoy la mejor información, creo que estamos muy equivocados. Y los medios privados también tienen mucho que mejorar, pero no es debilitando a los medios privados, y no estoy hablando sólo de Clarín. Acá los medios privados, las radios, los canales de televisión o de cable no van a poder tener cadenas nacionales, ¿qué hubiera pasado en Catamarca si no hubieran ido los medios nacionales a echar luz sobre lo que había pasado con María Soledad Morales, obligando por ejemplo a que Menem tuviera que soltarle la mano a su aliado político Saadi? Esas cosas, si uno tiene la prensa toda fragmentada y deja que sean cuestiones locales simplemente, los grandes abusos que hay en las provincias no saltarían, porque generalmente los gobernadores son dueños de los medios también. Y además ahora tendrían también una enorme cantidad de canales estatales. Acá tiene que haber un equilibrio, y la discusión no es “Clarín sí o Clarín no”. Además, los que permitieron que Clarín tuviera el tamaño y la influencia que hoy tiene, los que lo alimentaron, lo nutrieron en los 90 y en esta década, son los que ahora se espantan. Pero nosotros no tuvimos nada que ver, así que a nosotros no nos van a poner ese mote. El debate es otro, no es amigo-enemigo, sino qué clase de democracia queremos. Este proyecto no nombra ni una sola vez la palabra prensa o periodismo. ¿Cómo vas a discutir el tema de los medios de comunicación y no hablar de periodismo? Es como decidir una ley de Teatro sin los actores. Pero tenemos a los actores hablando de esta ley…

- ¿Qué le parece lo del 33% que iría por ejemplo a cooperativas?

- Me parece maravilloso… en tanto exista un cupo de no más del 35% para solventar los medios, tanto privados como comunitarios, porque sino dependen del intendente, del gobernador, del Presidente. Así Rudy Ulloa tenía un diarito vecinal al que Kirchner fue engordando hasta que se convirtió en uno de los diarios principales de Santa Cruz. Esa historia la conocemos, y creo que no es esa la calidad informativa que quieren los argentinos. (elparlamentario.com)

martes, 29 de septiembre de 2009

Cristina es la presidenta con peor imagen en América

Cristina Fernández de Kirchner es la presidenta con peor imagen en toda América. Eso concluyó un sondeo encargado por la consultora mexicana Mitofsky que medía la popularidad de los gobernantes y que dejó a la argentina en el último lugar de la lista, detrás de Alan García, el jefe de Estado peruano. En el primer lugar del ránking quedó Mauricio Funes, quien asumió hace poco en el gobierno de El Salvador. Le siguen Luiz Inácio "Lula" da Silva, de Brasil, y Michelle Bachelet, de Chile, a quienes la encuesta tilda de sobresalientes. Con la misma calificación aparecen Ricardo Martinelli, de Panamá, y Alvaro Uribe, de Colombia, en el cuarto y quinto puesto. La consultora destacó los casos de Brasil y Colombia, por mantener sus imágenes altas pese a la cantidad de años que llevan en el Gobierno. Un dato curioso, por ejemplo, es que el estadounidense Barack Obama quedó por debajo de Felipe Calderón (México), Tabaré Vázquez (Uruguay) y Evo Morales (Bolivia). Recién en el lugar número 15, el último, se lee el nombre de Cristina, con el 23 % de aprobación de la gente. De todas maneras, Mitofsky aclara en su página web que quedaron afuera del sondeo Venezuela, República Dominicana, Canadá y Nicaragua, por falta de información. Tampoco se evaluó a Honduras, por el Gobierno de facto que rige actulamente en ese país.


"Algunos artículos de la ley de medios atentan contra la Constitución Nacional"

El abogado constitucionalista Daniel Sabsay señaló que la nueva ley de Servicios de Comunicación Audiovisual propuesta por el Gobierno Nacional atenta contra los artículos 14 y 32 de la Constitución Nacional.
Durante la jornada de hoy de Audiencias Públicas por la ley de medios, expusieron los abogados constitucionalistas Daniel Sabsay; Analía Elíades; Félix Loñ; Bernardo Licht y Damián Loretti. Las audiencias comenzaron a las 10 y el primero en hablar fue Sabsay quien hizo hincapié en que la ley no es válida porque atentan contra los artículos 14 y 32 de la Constitución Nacional. El letrado aseguró además que la ley atenta contra el derecho adquirido de los medios de comunicación y agregó que tiene una redacción muy abierta que "no es precisa".

En medio del debate los especialistas no se mostraron conformes con la ley, si bien ven aspectos positivos, algunos aseguraron que hay que hacerle modificaciones para que no recaiga en la inconstitucionalidad. Sobre todo pusieron énfasis en la afectación del Derecho a la Propiedad, más precisamente a las licencias de las cuales los medios deberían deshacerse en el lapso de un año (art. 161).
Por su parte, el constitucionalista Bernardo Licht se refirió a la frecuencia radioelétrica al subrayar que "es escasa". Para el letrado, "lo que existe son limitaciones sujetas al Poder de Policía" y retomó lo dicho por Sabsay sobre el artículo 161 de la Ley, advirtiendo que esto genera una "gran preocupación. “La escasez de tiempo a las licencias va en contra del derecho a la propiedad", aseguró Licht y fue más allá aún al señalar que observa en la autoridad de aplicación una clara "influencia del Poder Ejecutivo".

Temprano, la senadora chaqueña (PJ) Elena Corregido admitió que apoyará en general y en particular la Ley, un claro indicio que el oficialismo podría tener los números para aprobarla. Aunque varios senadores, confesaron que no están conformes con varios artículos, entre ellos el titular de la Comisión de Comunicaciones, Guillermo Jenefes, que también cuestionó el artículo 161.
Por su parte Analía Elíades, hizo referencia a la lucha que implicó llegar a una nueva ley de medios de la democracia e hizo hincapié en los 21 puntos de la norma, a los que la Facultad de Comunicaciones adhirió en su momento. La profesora de Periodismo de la Facultad de La Plata habló además del artículo 13 del pacto de San José de Costa Rica que se refiere a la concepción de la Ley de Radiodifusión. Elíades dijo que la Ley de la dictadura parte de la idea de que la comunicación es una actividad mercantil.
El especialista Félix Loñ fue a lo filosófico de la cuestión al mencionar que la Constitución es un invento de los seres humanos para limitar el deseo a transgredir los límites. En cuanto a libertades y garantías, "se destaca la de libertad y expresión y no se admiten censura previa" ya que estipula "publicar ideas sin censura previa. La primera enmienda de la Constitución -prosiguió- tiene que ver con los derechos del hombre y los ciudadanos y fue tomada de la Constitución de los Estados Unidos: Toda persona puede escribir e imprimir libremente".

Según Loñ, “la Constitución Nacional es la Nación hecha Ley; las leyes tienen que resultar del consenso, en la Cámara de Diputados hubo un choque muy fuerte y ese consenso no se logró. Hay un empeño del PEN en imponer leyes".
Para el constitucionalista, "si la Ley vuelve a Diputados, sería una derrota para el justicialismo" y avizoró que si hay planteos por parte de las empresas en la justicia, llevaría de "2 a 3 años hasta que la Corte pueda emitir un fallo al respecto".
En la misma línea, Loñ cuestionó que en el artículo 161 "se desconocen los derechos adquiridos". Además, puntualizó que "el oficialismo influye en la nueva conformación de esta ley, preparándose para la campaña presidencial del 2011". Respecto del artículo que habla sobre la renovación de las licencias a los dos años señaló que "es una espada de Damocles, lo cual es muy preocupante". El abogado sugirió incluso que "es necesario regular el artículo que concede licencias a ciudades de más de 500 mil habitantes".

Acerca de los prestadores sin fines de lucro, se preguntó si no es demasiada participación (pueblos originarios y organizaciones sin fines de lucro), ya que según dijo escuchó en un debate de TV a Héctor Huarte de Cooperativa de Radiodifusoras de la Patagonia, (participó en las audiencias públicas en Diputados), que se quejaba porque los intereses de las radios de baja potencia no se encontraban contempladas en la Ley. "Hay que tratar de tranquilizarse y serenarse”, admitió y sobre todo sostuvo "hay que pensar en el futuro del país. Esta ley requiere profundas mejoras", aseguró Loñ.

Por la tarde participarán del debate consultores en derecho administrativo como Eduardo Mertehikián y Valentín Thury Cornejo. El cierre de la jornada estará a cargo de los especialistas en comunicaciones Henoch Aguiar; el subsecretario general de la Presidencia, Gustavo López, el docente y doctor en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Barcelona, Martín Becerra, y el ex titular del COMFER, Julio Bárbaro. En tanto mañana se espera la presencia de entidades empresariales. (NCN)

domingo, 27 de septiembre de 2009

Volvió la vieja receta: represión más FMI

Por Hugo E. Grimaldi - Columnista de DyN

No son los políticos; menos los opositores; es la realidad la que ha comenzado a cercar a Néstor Kirchner, tras haberle dejado disfrutar de un par de rugidos altisonantes, luego de que se lamiera las heridas que le produjo la elección del 28 de junio.Mientras hoy en Olivos el ex presidente vive en su propio planeta, masculla su bronca contra la prensa y mantiene enroscado su pensamiento en cómo no dar un paso atrás en el Senado con referencia a la ley de medios, la calle empezó a ponerse efervescente, y la administración, en puntas de pie y casi como para que él no se entere, se está queriendo subir al mundo y genera una contracara de menú catalogado de noventista, conjunción que debería revolverle el estómago a más de un fiel seguidor del kirchnerismo porque suma dos elementos de triste recuerdo para su ideario: represión y FMI.Está más que claro a esta altura de los acontecimientos, que con el apoyo popular que surge de las encuestas por el piso y con la chequera deteriorada, Kirchner no es más rubio y de ojos azules para nadie y que por eso se le animan cada día más desde todos los frentes, incluidos los internos. También los indicadores de inflación, recesión y desempleo han hecho lo suyo para limar al matrimonio gobernante en la consideración pública y para sumarle fichas al ardor popular en su contra, aunque en el Indec se mueran de risa de la opinión pública al decir que la pobreza se redujo, pese a que todos esos indicadores en línea muestran lo contrario. En todo caso, si bien la ocupación de la calle, de las empresas, de las escuelas y de las universidades siempre fue una constante en tiempos de los Kirchner, el principal problema para adoptar ese camino de amplia tolerancia hacia esos delitos bien pudo no ser ideológico, sino una notoria falta de equilibrio y de impericia a la hora de elegir las políticas adecuadas para gobernar, lo que le está jugando en contra al matrimonio.

Por eso, posiciones de izquierda les pasan amplias facturas, ya que no pueden entender cómo un gobierno que se dice progresista y popular, que les dejó liberado el campo desde siempre para congraciarse y que tal vez usó dineros públicos para controlarlos, no actúa como tal y se somete a los factores de poder que ellos detestan: las empresas y la CGT de Moyano, que tildó a quienes tomaban la fábrica de la ex Terrabussi de fuerzas de la ultraizquierda.El jefe cegetista actuó además de modo corporativo, ya que el problema sindical se está dando cada vez con mayor asiduidad en comisiones internas que no responden a sus gremios, como los trabajadores de subterráneos con la UTA, los petroleros del Sur con el SUPE y ahora con estos delegados, que están enfrentados con el sindicato de la Alimentación.Además, la toma de la fábrica de galletitas se complementó con piquetes en la Ciudad, que el gobierno de Mauricio Macri endilgó a la Casa Rosada, lo que abre otro frente de conflicto político por la Policía Metropolitana, y los ciudadanos, que saben cómo son las cosas, aislados y cada vez más alterados por la situación, siguieron aumentando la temperatura contra el Gobierno nacional. Sobre las fuerzas de izquierda radicalizadas que empujan los copamientos se halló una novedad: que ahora también los reprimen, aunque el jefe de Gabinete les haya colgado ese mochuelo tan vejatorio al gobernador Daniel Scioli quien, al borde de los 50 puntos de imagen negativa desde donde dicen los expertos que es imposible volver, parece que está dispuesto a resistir, pese a los problemas económicos que abruman a la Provincia y aunque desde Olivos se deje trascender que su tiempo como gobernador ya se agotó.

En relación al desalojo de la ex Terrabussi posiciones más conservadoras argumentan que los desbordes siempre serán más evidentes, cuanto más se han jugado posturas laxas, tal las políticas kirchneristas de los últimos seis años de no criminalización de las protestas callejeras, aunque las mismas entorpezcan el paso de millares de personas y contrapongan el derecho de expresión con el derecho de circulación. En una cuerda diferente, otro tanto le ha pasado al Gobierno con los subsidios a los consumos de gas y electricidad.Más allá de todos estos factores que hacen al extendido tedio social frente a un gobierno que nunca ha priorizado la gestión y menos las estrategias en casi ningún área de ejecución, lo que lo muestra a la vista de todos de bandazo en bandazo, hay todo un trasfondo que liga lo sucedido el viernes en General Pacheco con la visita de la Presidenta a Estados Unidos.

En la diplomacia siempre se afirma que no hay casualidades sino causalidades. Entonces, es imposible no relacionar las declaraciones que hizo el viernes la nueva embajadora estadounidense en la Argentina, Vilma Socorro Martínez, en el contexto de una reunión de cuestiones sociales sobre trata de mujeres: "el desarrollo económico es muy importante y (también) los derechos de los inversionistas", dijo, sobre el hecho de que la alimenticia Kraft Foods sea una empresa de ese país que se siente afectada en sus derechos. Los embajadores no son ingenuos y cuando dicen una palabra es porque quieren que se note.Tras la toma de la planta por el despido de unas 160 personas, algunos de ellos miembros de la comisión interna y otros querellados penalmente por hechos de vandalismo, la producción estuvo parada por 37 días sin que el Gobierno haya hecho otra cosa que llevar a la larga el conflicto sindical. Por eso, los ejecutivos de la empresa habían advertido que iban a trasladar sus penurias a la embajada de los EE.UU. y también se había dejado trascender que Kraft hasta podía abandonar la Argentina.En paralelo, la Presidenta se reunió el martes en Nueva York con una docena y media de empresas de los Estados Unidos y si bien la empresa no fue de la partida, el tema flotó en el aire, como así también el de la ley de medios. En general, su periplo neoyorkino no fue del todo feliz, ya que si bien no recibió críticas ostensibles, fruto de la seducción que intentó encarar para demostrar cierta voluntad de acercamiento, lo cierto es que por primera vez en muchos años no se pudo anunciar ni una sola inversión, salvo difusas promesas que la delegación argentina ni siquiera se encargó de resaltar. Pero hubo algunas bajadas de líneas propias de su temperamento ideológico que, al menos, la hicieron sonar contradictoria. Por ejemplo, en su charla en la Universidad de Columbia, se dio el lujo de criticar sin pelos en la lengua la política de salvataje del presidente Barack Obama con un paquete de estímulos fiscales: "algunos consideraron excesivo, pero para mí gusto es aún poco", dijo. Al día siguiente retó en público al ex secretario del Tesoro de la gestión de Clinton, Larry Summers, por el extraordinario déficit que tienen los Estados Unidos, un país que significa el 25% del PBI (mundial). Para rematarla, frente a los empresarios, también dijo que Obama debería ser más intervencionista, con perdón de la palabra para atender los efectos sociales, entre ellos pérdidas de empleo y de las viviendas, como si un activismo mayor no ahondara cualquier déficit.Otro elemento que no puede quedar afuera para explicar el giro exterior de la Argentina hacia posturas menos combativas y menos heterodoxas es que el Gobierno debió tragarse el jueves pasado un sapo de pertenencia, ya que parece haber comprendido que si se quiere estar en las grandes ligas (el G20) hay que sumarse al consenso y por lo tanto la Presidenta no pudo dejar de firmar el documento final de la Cumbre que aboga de modo preciso por otorgarle al hasta ahora odiado FMI la supervisión de la economía mundial, organismo en el que los países emergentes se han llevado la zanahoria de que podrán incidir con sus votos un poco más (5%). Con todas las letras, y aunque no se menee aún la cuestión en materia de difusión interna y para placer del ministro Amado Boudou, lo que ha hecho Cristina en Pittsburgh fue rubricar, junto a los grandes del mundo, un documento que dice que la Argentina -como todos los demás países- le abrirán las puertas al Fondo Monetario para que determine si las políticas aplicadas por cada país del G20 son coherentes con las trayectorias más sostenibles y equilibradas para la economía mundial.Y para no dejar nada afuera en esta sucesión de hechos que se dieron en la semana, hay que consignar que el periplo estadounidense fue coronado con al menos tres fotografías que la mostraron a la presidenta argentina radiante con Obama, una de ellas en un almuerzo en su mesa junto a Silvio Berlusconi, otra junto a su par estadounidense y su esposa y la tercera, en un abrazo fraternal que recorrió el mundo, fotografía que lamentablemente para el marketing oficial circuló casi en simultáneo con la represión en Kraft. A veces, las casualidades pueden existir, pero en política es difícil.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Fernández: “Cobos no tiene ni voz ni voto, pero es importante que esté”

Eso sostuvo el senador del FPV Nicolás Fernández durante una rueda de prensa mientras se desarrollaba el plenario de comisiones que le da tratamiento a la ley de medios. Agregó también que “vamos a hacer todo lo posible para que el debate se haga con el vicepresidente en el recinto”.

“La presencia del vicepresidente no pone ni quita”, continuó el senador santacruceño en referencia a Julio Cobos. A la vez, negó que la idea de votar el 14 de octubre cuando la presidenta Cristina Fernández esté de viaje en la India sea una estrategia para evitar que Cobos esté presente al momento de la definición.

“Cobos no tiene ni voz ni voto, pero es importante que esté porque hay gente que piensa que el hecho que no esté es una mengua institucional, cuando en realidad hay una enorme cantidad de leyes de extrema importancia que fueron aprobadas sin él”, lanzó el legislador.
En cuanto a la posibilidad de un eventual desempate por parte del mendocino, Fernández señaló que “este debate es distinto al de la 125. Si entendemos que esta es una ley que tiene el aporte de los 21 puntos para una Radiodifusión Democrática, todas las audiencias que se realizaron en el interior y las 250 modificaciones que se hicieron en Diputados, vemos que lo que estamos debatiendo es diferente”. (NCN)